Lyrics

En un barrio del oriente, donde el sol pega sin piedad,
las Farmacias Similares andaban en tempestad.
Trámites sin concluir, multas sin resolver,
y en cada esquina un pendiente que nadie quería ver.

La Licenciada Fabi, firme con su moral,
traía en su libreta negra los pecados del local.
Le decían “La del Sello”, por su ojo tan agudo,
ni el que vendía aspirinas se le escapaba del nudo.

El Arqui Allan con su casco y sus planos en la mano,
construyó media farmacia, el resto quedó en el plano.
Decía: "Yo traigo permiso, aunque el trámite esté atorado",
pero el croquis de su obra ni en obras había entrado.

Anastasia se fue sin decir ni adiós,
dicen que huyó pa' Puebla con un lote de Ribotril y dos.
Dejó la caja abierta, las cuentas sin cuadrar,
y un folder con diez ajustes que nadie quiso firmar.

Alex el gestor, en la gestoría andaba, Pero Favi le decía yo no veo nada, deja de hacerte wevon, ponte a trabajar y vete en el palomon.
Gestiona la cuentas que aquí vas a quedar, una más y te vas y hasta conciliación vamos a dar.

Jerlyn , la mujer de la Maruchan,
mantenía el control del clan.
“No hay junta, no hay reporte,
si no hay sopa en este rancho, no se mueve ni el transporte”.

Y así estalló la guerra, entre mostradores y cajas,
cada quien con su facción, defendiendo sus ventajas.
Los permisos volaban, las multas llegaban al buzón,
y mientras tanto la Lic. Fabi ajustaba la situación.

Obras nuevas en proceso, sin bitácora oficial,
los vecinos reclamando: “¡Eso ya es zona industrial!”
Pero el Arqui respondía: “Es salud lo que se expande”,
aunque no había ni un lavabo donde el gel antibacterial mande.

Y entre cajas de paracetamol y cajas de Pandora,
la historia sigue su curso a toda hora.
Porque en el mundo de farmacias, donde todo es provisional,
el que no ajusta cuentas, termina en lo penal