Lyrics
**El Tiempo: Un Susurro Eternamente Cambiante**
El tiempo, en su esencia elusiva, se manifiesta de muchas maneras, dejando huellas imborrables en nuestros corazones. En la penumbra de la espera, se presenta como un monje sutil que arrastra sus pasos, haciendo que cada segundo parezca una eternidad. Aquel que teme su paso, sin embargo, experimenta un galope vertiginoso, como si los minutos se burlaran de su inquietud. En contraste, quienes celebran y abrazan la vida sienten cada instante fugaz, como una chispa que se apaga antes de lo deseado.
En esta intrincada trama del tiempo, nos encontramos con una ironía palpable: deseamos que las penas se disuelvan rápidamente, mientras anhelamos que los instantes de alegría se extiendan, sosteniendo sus dulces enlaces por el mayor tiempo posible. Pero, he aquí la verdad profunda de la existencia: el tiempo es un maestro implacable que nos brinda la razón cuando miramos en retrospectiva. Con cada paso dado, el tiempo nos ofrece a la vez una herida por cerrar y un recuerdo que valorar.
A lo largo del viaje, nos cruzamos con almas diversas. Hay quienes nos instalan en un interminable ciclo de angustia, donde perder el tiempo se convierte en una condena. Por otro lado, existen aquellos que nos entusiasman, haciendo que la noción del tiempo se disuelva en risas y conversaciones sinceras. Y finalmente, hay quienes, con su sencillez y amor, nos ayudan a recuperar lo perdido, a reencontrar los trozos desparramados de nuestra esencia.
La vida, en su incesante flujo, nos recuerda que el tiempo es como un río: cada gota es irrepetible. No podemos tocar la misma agua dos veces, pues cada ínfima partícula avanza en un camino que no se detiene. Esto nos invita, con un eco persistente, a disfrutar de cada momento. Nuestro paso por esta tierra es efímero, y la urgencia de vivir plenamente se convierte en un deber indiscutible.
Nunca podemos cambiar nuestro pasado, pero cada día nos brinda la oportunidad de aprender de él. Las lecciones del ayer, aunque a veces dolorosas, son regalos que iluminan nuestro camino hacia el futuro. Así, en la búsqueda de un sentido, descubrimos que el tiempo, ese eterno susurro, nos guía hacia el amor, la comprensión y la aceptación, enseñándonos que cada instante vivido forma parte de una sinfonía única que solo nosotros podemos interpretar.
Por lo tanto, abracemos el tiempo en su totalidad, no como un enemigo, sino como un aliado en nuestra búsqueda de significado. Vivamos cada segundo con la intención de enriquecer nuestras vidas y las de quienes nos rodean, porque al final, el verdadero arte reside en saber que el tiempo, en su infinita sabiduría, siempre nos dará la razón.