Lyrics

En el jardín de la vida, una historia se tejió,
Con hilos de cariño, que el tiempo no rompió.
Primitivo, nuestro Primo, sembró la primera flor,
Un roble fuerte y noble, lleno de amor.

Ahora juntos descansan, bajo el cielo azul,
En un abrazo eterno, más allá del tul.
Antonia y Primo, almas gemelas por siempre,
Su amor nos guía, su luz nunca miente.

Antonia, su compañera, su dulce amanecer,
Con su sonrisa serena, nos enseñó a querer.
Siguió los pasos de su amado, con calma y con fe,
Uniendo sus caminos, más allá del ayer.

Ahora juntos descansan, bajo el cielo azul,
En un abrazo eterno, más allá del tul.
Antonia y Primo, almas gemelas por siempre,
Su amor nos guía, su luz nunca miente.
Versos para cada hijo

Para Miguel, la fuerza que siempre los unió,
Un eco de su padre, su voz, su corazón.
Llevando su legado, con paso firme y real,
El amor que le dejaron, su luz principal.

Para Enrique, la melodía que los hace soñar,
Un eco de su madre, su dulce mirar.
En cada melodía, un recuerdo guardado,
De un amor que vive, nunca ha terminado.

Para Gabriel, el arte de amar y crear,
Un reflejo de sus padres, en su bello andar.
Con cada pincelada, una historia sin fin,
Del amor que les dieron, desde el jardín.

Para Daniel, la calma, la fe y la razón,
Un faro en la vida, en cada estación.
Guardando las memorias, con paz y gratitud,
De un amor eterno, que les dio plenitud.

Para Primo, el cariño que siempre les dio,
Un puente entre el presente y lo que ya pasó.
En su nobleza y bondad, el legado vivirá,
De dos almas unidas, que siempre guiarán.

Sus nombres resuenan en cada camino,
El legado de sus padres, en sus corazones está,
Una fortaleza inquebrantable, que siempre durará.

Recordamos sus risas, sus sabios consejos,
Los cuentos de antes, los tiernos festejos.
Aunque hoy haya lágrimas, también hay gratitud,
Por el amor infinito, que nos dio su juventud.

Ahora juntos descansan, bajo el cielo azul,
En un abrazo eterno, más allá del tul.
Antonia y Primo, almas gemelas por siempre,
Su amor nos guía, su luz nunca miente.

No se han ido del todo, su esencia sigue aquí,
En cada recuerdo, en lo que han compartido.
En el jardín del amor, su historia floreció,
Un consuelo eterno, que en sus hijos sembró.