Lyrics

Me fascinó derretir tu gelatinoso himen con mi glande y adentrarme en tu divina plenitud carnosa, doncella desflorada.

Gracias por obsequiarme tu ternísimo botón floral carnoso y brindarme el extasiante y adrenalínico privilegio de desflorarte con mis diecinueve centímetros de llenura carnal, no te imaginas lo riquísimo, la deliciosura, el deleite, la recompensa y la adrenalina tan maravillosa que sentí en mis genitales, pecho, cuerpo, mente y alma cuando suculentamente desgarré tu blandísimo tejido y te convertí en mi mujercita.

Físicamente fue como deshacer una gelatina entrando en ella con el dedo
Como deshacer mantequilla en pomada con el dedo.
Como entrar en un cálido gel.
Como papar la natilla de la leche hervida.
Una plenitud carnosa indescriptible.
Una llenura carnal adictiva.

Se siente como si hubiese absorbido y recolectado tu alma muy dentro de la mía.

Ya no hay vuelta atrás, la primera vez fuiste mía, y por ende, tu primera vez siempre será mía, fuí yo quién entró en tí y te acarició por dentro, muy dentro antes que ningún otro hombre y nos fusionamos en una sola carne, tu primer sexo siempre me pertenecerá, tu doncellez la guardaré en mi cerebro recordando la extasiante adrenalina que le hizo sentir a través del tacto, oído, olfato, gusto y vista.

Siempre seré tu Susurrador de Vírgenes.

Ahora ya no eres una doncella, me regalaste tu suavísima doncellez, ahora eres mi mujer.

Poseo ahora muy dentro de mí lo más preciado y deliciosísimo que solía ser parte de tí, llevo una parte de tí muy dentro de mí por siempre.
Siempre mía, siempre tuyo, siempre nuestro.

Te agradezco también a tí que hayas sido parte del primer 14 de febrero de mi vida en el que no estoy solo y soltero, es el primer San Valentín en el que tengo a una mujer a mi lado, hace un año ni siquiera me imaginaba lo que lograría el día de hoy.

Y pensar que todo lo nuestro comenzó porque me atreví a acercarme y decirte un piropo inocente para empezar a conversar contigo y conocerte en Paseo La Fe hace tan solo 3 meses.

Yo también, te amo, Paulina.

Muchísimas gracias por escoger el cielo, por escogerme a mí.