Lyrics

En Tecate fue su cuna, entre cerros y calor,
creció firme el Alonson, con mirada de valor.
Desde chiquillo travieso, pero de noble corazón,
y aunque la vida fue ruda, nunca cambió su visión.

Le gusta el ruido de cuerdas, y el retumbe del tambor,
en las fiestas se destaca, siempre alegre, el buen señor.
Un bucanas en la mano, rodeado de los leales,
no cualquiera entra a su círculo, nomás los reales.

Aunque joven, trae vivencias que otro nunca entendería,
historias que no se cuentan, solo en su mente vivirán .
Ya no ruge por las calles ese Camaro imponente,
pero el respeto quedó, y su gente sigue al frente.

A veces cruza la línea, se desaparece un rato,
pero en el gabacho igual, siempre firme y bien parado.
Una Glock le da respaldo si el ambiente se calienta,
la lealtad está primero, y la traición, esa se enfrenta.

Sus padres son su ejemplo, lo formaron con firmeza,
su mujer su bendición, le cambió toda la pieza.
Una niña que no es sangre, pero la cuida a morir,
y un heredero en camino, su razón pa’ no huir.

“Al que toque a los míos, lo arrastro hasta su ruina,”
dice el Alonson, serio, con voz que desafina.
Y al terminar esta historia, su mirada va al cielo,
pa’ su compadre Enrique León, que siempre guarda en el pecho.