Lyrics

Desde tiempos de conquista,
Nos vendieron como ajenos,
Pero el sol sobre esta tierra,
Nos recuerda que nacimos primeros.

Desde el sur cruzamos mares,
Desde el norte cruzan muros,
Pero la sangre del migrante
Sigue corriendo entre sus muros.


Nos dijeron que éramos menos,
Nos miraban con desprecio,
Pero cuando faltan sus manos,
Buscan obreros en silencio.

Desde el campo hasta la fábrica,
Desde el alba hasta el sudor,
Cada ladrillo en sus casas,
Tiene el peso de nuestro honor.

Desde el tren de la esperanza,
Desde un río traicionero,
Solo venimos por pan,
Por futuro y no dinero.

Pero en sus bocas, criminales,
Nos pintaron sin razón,
Cuando el único delito
Fue buscar un corazón.


Nos quisieron borrar de la historia,
Pero el viento nos vuelve a nombrar,
El migrante no es enemigo,
Es un hombre que vino a soñar.

Construimos las calles, los techos,
Los jardines donde irán a jugar,
Nos negaron el paso mil veces,
Pero el alma no puede parar.


De braceros a espaldas mojadas,
De frontera hasta la gran ciudad,
Los abuelos que hicieron sus campos,
Hoy sus nietos los quieren sacar.

Con el látigo, antes esclavos,
Con los rifles, revolución,
Hoy nos dicen “ilegal”,
Cuando fuimos sangre en su nación.

Cosechamos el fruto y el oro,
De los suelos que no eran “de Dios”,
Pero el hambre no sabe de muros,
Solo quiere un poco de amor.

Nos usaron en cada batalla,
Nos pidieron dar sangre y honor,
Pero cuando volvimos con vida,
Nos negaron hasta una canción.


Nos quisieron borrar de la historia,
Pero el viento nos vuelve a nombrar,
El migrante no es enemigo,
Es un hombre que vino a soñar.

Construimos las calles, los techos,
Los jardines donde irán a jugar,
Nos negaron el paso mil veces,
Pero el alma no puede parar.

“No somos invasores, no somos ladrones,
somos los que levantaron este país en silencio,
los que doblaron la espalda mientras otros se sentaban en tronos.”


Y aunque cambien las caras del odio,
Aunque el tiempo nos quiera olvidar,
En la sangre del pueblo resuena,
La historia que vuelve a cantar.

Nos negaron el paso mil veces,
Pero el alma no puede parar.