Lyrics

Desde Ocaña baja el trueno, con machete en la mirada,
Keyla, hija del Catatumbo, no le teme a la emboscada.
Nació entre pólvora y monte, donde el aire huele a historia,
lleva el pecho hecho de piedra y en la lengua lleva gloria.

Y allá viene Catalina, de la costa y de la brisa,
nacida en Antioquia, sí, pero su alma es de la isla.
Raizal de fuego lento, que cocina la tormenta,
cuando habla, tiemblan las piedras, y el que miente se lamenta.

¡Guerreras de esta tierra dura!
¡Mujeres con filo, con voz que no se censura!
Si hay que cantarle las cuarenta al que se crea rey,
ellas se paran firme y gritan: ¡aquí manda la ley!
La ley del pueblo, de las que sangraron por no ser sumisas,
¡de las que hicieron temblar las cornisas!

Keyla no se arrodilla, ni por Papa ni por trono,
si le hablan de justicia, pregunta quién la robó.
Su abuela mató a un español que venía con corona,
y ella hereda esa rabia que no se perdona.

Catalina, con su trenza hecha de viento y de sal,
sabe de esclavos, de abusos, y del gringo colonial.
Pero ella no se doblega, no negocia su raíz,
el mar la educó pa’ que grite y no pa’ pedir perdón ni permiso feliz.

¿Quieren paz? ¡Escuchen a estas!
No son floreros, son lanzas.
No son víctimas, son balas,
con memoria afilada.

Como Lina Garrido de Arauca, que a Petro lo enfrentó,
estas dos cuando se paran, hasta el Congreso sudó.
No vengan con cuentos suaves ni con promesas de cartón,
que aquí hay mujeres de acero con lengua de revolución.

¡Colombia tiene nombre de mujer que no se calla!
¡De guerrera con sandalia o con botas en la batalla!
Keyla y Catalina, banderas al viento fuerte,
con sangre de rebeldía y el poder de su gente.
Si hace 300 años mataron al invasor,
hoy matan la mentira con gritos de amor y honor.